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Ten en cuenta lo siguiente: Girona no es una ciudad de paso, ni siquiera de un solo día.
Si crees que Girona es solo un lugar de paso, te equivocas. La visión de las casas del Onyar, con sus intensos colores reflejados en el río, ya anuncia que la ciudad reserva muchos tesoros al visitante.
El casco antiguo de Girona te invita a trasladarte en el tiempo, recorriendo las laberínticas callejuelas de la antigua judería (el Call), una de las más extensas y bien conservadas de toda Europa. El itinerario cultural es rico en arquitectura, con visitas obligadas a la catedral, los baños árabes, el monasterio románico de Sant Pere de Galligants o la iglesia de Sant Narcís.
La historia y la cultura de Girona vienen acompañadas del sabor de una gastronomía de primer nivel, reconocida internacionalmente. Uno de sus nombres más conocidos es El Celler de Can Roca, todo un coleccionista de estrellas Michelin. Lógicamente hay otras propuestas, más económicas, de restaurantes y pastelerías que te dejarán muy buen sabor de boca.
Y si dispones de más días, ¡perfecto! A pocos kilómetros encontrarás las preciosas playas, calas y municipios de la Costa Brava, y la gran belleza del Pirineo de Girona.
Ten en cuenta lo siguiente: Girona no es una ciudad de paso, ni siquiera de un solo día.